NO HAY HUEVOS EN EL CONGRESO

Los huevos del Congreso a la palestra. Los 2 leones de Cámara son noticia por que finalmente no se tocan. Hace 2 años, el canal de televisión Historia investigó la tara de uno de ellos concluyendo que no existía razón artística, histórica, biológica o de cualquier otro tipo para dicha ausencia.

 

Los “werts” de bronce pasan a  debate y hasta le ponemos dueño: Daoíz. La fundición de origen mutiló al felino, y una soldadura a estas alturas podría corroer este Bien de Interés Cultural.
Esta noticia de Verano me viene “a huevo” para abrir el manual metalúrgico por la página de soldaduras.

 

 

METAL CONTRA METAL

Primero distinguiremos entre soldadura y soldabilidad: la soldadura es el método de unir 2 piezas metálicas al subir la Tª y conseguir una consistencia plástica que, al enfriarse, una las piezas. La soldabilidad es la propiedad que determina la mayor o menor facilidad de un metal para soldarse.
Fácil de entender es que esta propiedad dependerá del punto de fusión entre otras características del metal.
Además de la soldadura autógena (las 2 piezas del mismo metal) también se usa la soldadura con metal de aportación. Este segundo metal tiene un punto de fusión más bajo como el caso de la aleación de Plomo y Estaño (pf Pb = 327ºC y pf Sn=232ºC), y trabajaríamos entre 180ºC y 240ºC.
El Bronce suele ser aleación de Cobre con Estaño, que le dota al Cu de mayor resistencia al desgaste y al mecanizado. Con el bronce (pf Cu = 1050ºC y pf Sn=232ºC) trabajaríamos entre 953-1048ºC.
Es una aleación de sustitución, una disolución sólida donde se sustituyen átomos del metal disolvente (Cu) por átomos de soluto (Sn, Pb, P..) gracias a tener radios atómicos parecidos, iguales estructuras cristalinas los elementos puros y carácter electropositivo similar.
En la soldabilidad del cobre pesa su elevada conductividad térmica y un alto coeficiente de dilatación (α=1,8.10-5). Esto da lugar a grandes pérdidas de flujo calorífico, obligando a usar gran cantidad de calor y provocando deformaciones.
Como la lámpara de butano no basta para tanta energía requerida, habrá que usar soldadura eléctrica o termoquímica (u oxiacetilénica).
La soldadura eléctrica consiste en transformar la energía eléctrica en calorífica por resistencia, por arco eléctrico o en atmósfera inerte (Ar). La soldadura oxiacetilénica usa el calor formado de la combustión de oxígeno y acetileno en el interior del soplete.

La Tª máxima se consigue justo un poco más allá de la zona de combustión, donde encontramos los gases producto de la reacción: CO, H2 (zona reductora azulada). Esta zona es la que está íntimamente en contacto con la pieza (o sea, los cataplines. Uff) y será la determinante para las características de la llama.
A medida que los gases arden, se separan de la boquilla, comienzan a arrastrar aire de la zona que rodea a la llama. Esto hace que se produzcan reacciones secundarias, por eso la zona de penacho (rojizo) es oxidante y encontramos gases como N2, CO2 y H2O.
Esto me recuerda a la técnica de Espectrofotometría de Absorción atómica en Llama, pero hablar de ella me da para otro post. Ganas no faltan…

 

Total, después de darle muchas vueltas, Daoíz se queda como está. Y Velarde riéndose de él, que para eso tiene los 2.

 

Esta entrada participa en el XXXVII Carnaval de la Química – Edición Rb – alojado en el blog “ISQCH – Moléculas a reacción”